viernes, 6 de enero de 2012

Se veía venir desde hacía tiempo - Artículo de Avelino Pérez Fernández


Se veía venir desde hacía tiempo

Las derrotas electorales del PSOE deben dar más protagonismo a la democracia interna y a la militancia

 04:43  
Se veía venir desde hacía tiempo
Se veía venir desde hacía tiempo  

Avelino Pérez Fernández, ex secretario general de UGT de Asturias y ex diputado en el Congreso y en la Junta General del Principado, reflexiona sobre la situación del PSOE a nivel estatal, regional y local antes de la celebración de las asambleas en las que se decidirán los representantes asturianos en el congreso donde se elegirá al nuevo secretario general

AVELINO PÉREZ FERNÁNDEZ Cuentan o dicen los politólogos, que el Partido Socialista Obrero Español ha sufrido su mayor derrota electoral en las elecciones generales el 20 de noviembre pasado. En efecto, perdió más de cuatro millones y medio de votos. Pero tampoco el Partido Popular atrapó estos votos que perdieron los socialistas, porque sacó 326.000 votos más que en las elecciones del 2008, sobre 36 millones de votantes es el chocolate del loro. La gran derrota del PSOE se produce en las municipales y autonómicas de mayo pasado. Se quedó prácticamente sin los ayuntamientos de las capitales de provincias y grandes ciudades. Sin posibilidades de gobierno en las comunidades autónomas de toda España, excepto Andalucía y el País Vasco. En tales condiciones no es posible gobernar España y mucho menos ganar unas elecciones generales. En todo caso hay que reconocer que el candidato socialista Alfredo Pérez Rubalcaba hizo una buena campaña y evitó un desastre mayor, pues yo bien creía que íbamos a quedar por debajo de los 100 diputados.

La crisis, originada por los mercados financieros y la especulación, algo habrá influido en el ánimo del electorado. Pero yo creo que mucho más la ocultación de la realidad en los primeros momentos de la misma y los errores cometidos. Sería interesante saber en qué medida influyó en esta cuestión la escapada fulgurante del solvente economista Pedro Solbes, diputado estrella por Madrid en el 2008, del Ministerio de Hacienda y del Gobierno al año de tomar posesión del mismo. En todo caso, las elecciones se han celebrado con sosiego y transparencia democrática y las ha ganado el Partido Popular. No hay nada que discutir sobre ello. Sólo desearles aciertos, y que para salir de esta puñetera crisis económica no lo hagan a costa de los que menos tienen, que ya lo están haciendo, y que no tienen ninguna responsabilidad en el origen de la misma.

El socialismo democrático tiene ya una andadura de larga duración, desde mediados del siglo XIX, ha sobrevivido al anarquismo y al fallecido socialismo «real» o comunismo de estado de partido único, y ha sido con su ideario sin duda alguna, con el concierto y apoyo de los sindicatos democráticos, sobre todo en Europa, el gran protagonista en la conquista de los derechos de los trabajadores y del estado del bienestar y las ventajas sociales que disfrutamos hoy. El PSOE, con la UGT y hoy también con CC OO a nivel de España y de la Internacional Socialista a nivel mundial, fue una pieza clave en esta larga etapa del movimiento obrero. Sin el PSOE, sería imposible entender los avances sociales, en jubilaciones y sistema sanitario, uno de los mejores del mundo, pero que sus valores solidarios y universales se están deformando por las comunidades autónomas, así como las libertades democráticas que ostentamos hoy los españoles y Europa entera gracias a los partidos socialdemócratas.

El Partido Socialista siempre ha estado identificado y en contacto físico con la sociedad, y sobre todo con su electorado y los trabajadores. Los cargos electos y la militancia socialista, siempre fue la encargada de transmitir estos valores y mensajes, y al mismo tiempo ejercitar con transparencia la democracia interna. ¿Qué pasó aquí? En los últimos años, todo lo contrario de lo expuesto. La democracia interna y el protagonismo militante amordazados. Es decir: desmotivación militante y del electorado. Empezamos con aquello de que «el que se mueva no sale en la foto», o «estás conmigo o contra mí y quitamos al crítico y aupamos al amigo». Las elecciones municipales se pierden con la defectuosa gestión del alcalde en ejercicio, no las pierde el partido. Desde que falleció Enrique Tierno Galván, Madrid no se ha recuperado más, tampoco Oviedo y ahora en todas partes. Sin embargo alcaldes perdedores, alcaldes ganadores, ¡a eurodiputados, diputados, senadores y otros cargos de designación digital. De aquellos polvos estos lodos. Hay que renovar, y refundar con sosiego, pero sin pausas, con los mimbres que tengamos sanos y otros nuevos.

El PSOE debe de asumir el compromiso claro de una reforma electoral, acorde con el espíritu de la Constitución que establece con nitidez que la soberanía reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado. Es decir: Una participación más directa de los electores en la selección y elección de sus representantes, rompiendo el orden nominal de bloqueo hermético de las listas electorales, así como una reforma territorial de distritos (provincias) que no discriminen el voto y que tengan todos el mismo valor de elección con igualdad cualitativa y nominal.

Al igual que toda la socialdemocracia europea, ha de propugnar un control regular y transparente de los mercados financieros responsables de la crisis actual, y la desaparición de los paraísos fiscales, por lo menos dentro de la Unión Europea. Es vergonzoso que tengamos a nuestras espaldas la roca de Gibraltar con toneladas de billetes escondidos en sus arcas bancarias, propiedad de los especuladores. El proyecto socialista es, y ha de ser siempre una propuesta realista que ha de apoyarse e identificarse permanentemente con las necesidades de las clases trabajadoras y progresistas. Por lo tanto es responsabilidad de toda la militancia de llevarla a sus fines reales. Para ello, como digo hay que recuperar nuestros valores éticos e históricos, y restablecer los controles de ingresos militantes al partido. Como decía Julián Besteiro Fernández «aquí entra quien puede, no quien quiere...». Ello no significa, como ocurrió siempre, el rechazo a la colaboración en el proyecto de socialistas solventes, que por razones diversas no necesitas ser afiliados.

Recuperar el techo de apoyo y confianza que tuvimos para reconquistar lo perdido requiere juventud y renovación de ideas. De lo contrario la travesía puede ser muy larga.

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